domingo, 4 de noviembre de 2012

Enamorada.

Obsesiva y locamente enamorada de ti. De tus ojos, de tus labios, de tu alma. Tan enamorada que no miraba al resto. Eras tú y solo tú. Pero no fuí capaz de darme cuenta a tiempo, de que esto me iba a doler. Que tu amor iba a destruir uno a uno mis sueños. Que me engañarías de todas las maneras posibles, que lloraría cada noche por tu ausencia a mi lado. Ya, bueno. Lo de siempre. Pero me cansé, no mereces mis lágrimas, ya no. Si no me quieres, bueno ese es tu problema. Algún día te darás cuenta de lo que dejaste marchar y yo ya no estaré ahí para ti. Volveré a sonreír en nombre de mi orgullo, ya casi inexistente. Lo siento corazón, pero no te haré caso cuando vuelvas suplicando perdón. Otra vez, no.

No hay comentarios:

Publicar un comentario